Tajine de pollo y verduras, ¡de viaje con el paladar!

El tajine, tajín, o tayin, es uno de los platos nacionales de Marruecos junto con el cous cous y la sopa harira, que nosotros aún no hemos cocinado, pero lo tenemos pendientes, y de los que me declaro, nos declaramos, fan incondicional, por su sencilla excelencia.


¿Os apetece un poquito de historia?, el tajine, nombre que recibe tanto el plato como el recipiente de barro donde se prepara, es de origen bereber, y se data ya en el año 5000 a.c. utilizado por pueblos nómadas del Mediterráneo. Se compone de una cazuela poco honda, aunque de variable diámetro, y una tapa cónica, que tienen la virtud de acumular el calor y distribuirlo equilibradamente, proporcionando una cocción de los alimentos en su propio jugo, y el mantenimiento de sus propiedades nutritivas. El recipiente se sirve ardiendo en la mesa, y el cono de barro que hace de tapa, no es para utilizarse durante la cocción del plato, sino para que se mantenga luego caliente. 
Hay varios tipos de tajine: tajin de cordero, tajine de cordero con verduras o con ciruelas pasas, tajine de pescado, de pollo..., dependiendo del cocinero se puede cocinar con frutos secos o frutas, y con una variada selección de especies al gusto. En la mayoría de los casos lleva una mezcla de ellas, llamada Ras al Hanout, que aunque también flexible, su composición suele incluir pimienta negra, comino, cardamomo, nuez moscada, canela, pimentón y jengibre. Se sirve acompañado con pan árabe, y se puede poner por ejemplo, cous cous de guarnición. 
Vamos a necesitar:
1 pollo entero troceado, y mejor si es deshuesado / 2 cebollas / 1 boniato grande / 1 puerro / 2 zanahorias / 1 calabacín / 2 tomates / 1 pimiento choricero / 500ml. de caldo de pollo / Ras al Hanout Laurel / Canela en rama / Ciruelas pasas / Pasas de Corinto / Dátiles / Aceite / Sal



La elaboración, aunque es entretenida, es muy sencilla, ¡y podemos hacerla en una olla normal!.
Empezaremos picando todas las verduras, en trozos generosos, porque tened en cuenta que luego estarán cociendo un rato, y no queremos que se nos hagan puré.
Una vez picadas, en una olla con el fondo cubierto de aceite, las doramos ligeramente y apartamos. En esa misma olla añadimos nuestro pollo, previamente salado y cocinamos bien. Este paso lo podemos obviar, pero en casa nos gusta mucho más así que con el pollo en crudo. Una vez dorado el pollo, añadimos las verduras, el Ras al Hanout, siempre al gusto, el laurel, la canela y el caldo de pollo. Bajamos el fuego a fuego lento y dejamos cocer todo en conjunto alrededor de media hora. En los últimos cinco minutos añadimos nuestras ciruelas, las pasas y los dátiles.


Como podéis ver es una receta muy sencilla, ¡pero con un resultado soberbio! 
Os animamos a que la preparéis y nos contéis vuestra experiencia.
¡Sed felices!

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